30/10/17

Correr acompañado puede ser mejor para su cerebro [30-10-17]


Correr acompañado puede ser mejor para su cerebro

Trotar con otros estimula la generación de células cerebrales.

Para muchas personas correr a solas puede ser una excelente forma de relajarse tras un duro día de trabajo. Sin embargo, un reciente estudio publicado por "Nature Neuroscience" estaría demostrando que eso no sería tan beneficioso como se piensa.

De acuerdo a Elizabeth Gould, profesora de psicología de la Universidad de Princeton y co-autora del estudio, "cuando se hace acompañado o en grupo, correr estimula la neurogénesis. Sin embargo, cuando se corre en un aislamiento social, estos efectos positivos se suprimen".

"Nuestros resultados son evidencia de que la interacción social puede proteger al cuerpo y al cerebro de experiencias estresantes", dice Gould.

Lo que hizo el equipo de investigación fue comparar el nivel de células cerebrales en ratas sedentarias y ratas que corrían en una rueda de ejercicio, tanto solas como en grupo.

Tal como se esperaba, las ratas activas experimentaban un crecimiento de células cerebrales mayor a las sedentarias. Pero lo que sí causó la sorpresa de los científicos fue verificar que las ratas en aislamiento tenían menor crecimiento neuronal, comparadas tanto con las "sociales deportivas" como con las sedentarias.

De acuerdo al estudio este efecto está directamente relacionado con el rol de las hormonas de estrés que se secretan durante el ejercicio.

Los cientificos se basaron en investigaciones anteriores que demostraron que estas hormonas afectan las funciones cerebrales disminuyendo la neurogénisis y promoviendo la perdida de memoria. Asimismo, otras publicaciones concluyeron que a pesar de que el ejercicio aumenta la presión sanguínea del cerebro, una actividad física extenuante eleva el nivel de hormonas de estrés tanto en humanos como en animales.

Beneficios de la interacción social

A pesar de que este reciente estudio aporta nueva información en el área del ejercicio y el entorno social, la profesora Gould admite que los resultados en las ratas no necesariamente se aplicarían para los humanos.

"Para la mayoría de las especies, la interacción social es muy natural", dice, pero la diferencia está en que las ratas experimentarían un mucho mayor estrés que los humanos ante el aislamiento. Por otra parte las ratas serían una especie altamente motivada con el correr mientras que los humanos no.

Los autores destacan, sin embargo, el importante rol que cumple el contexto social en determinar cómo las funciones físicas básicas afectan al cerebro y al cuerpo en general.

"El tema general dentro de nuestro estudio –que la interacción social, o la falta de ésta, pueden alterar la sensación de estrés- está bien fundado en investigaciones con humanos", afirma Alexis Stranahan, integrante del equipo.

"El aspecto nuevo que aportan nuestros datos es que el apoyo social no sólo acelera la recuperación que sigue a un evento negativo, sino que facilita los aspectos benéficos de un evento positivo" explica en investigador.

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